Santa María, 8 de octubre 2021.- La recién constituida microcooperativa Noma, adscrita a Cooperativas Agro-alimentàries Illes Balears, ha recibido la visita de representantes de la Consellería de Agricultura, Pesca y Alimentación junto con miembros de Cooperatives.
Noma se ha constituido con el objetivo de cultivar de manera conjunta cáñamo de forma ecológica. Inés Calleja, presidenta de Noma, recuerda que “en Mallorca hubo hasta hace décadas una gran tradición de cultivo del cáñamo. De él se extraían fibras que se utilizaban para confeccionar las llengües. Queremos volver a los orígenes”. “Este verano nos hemos constituido como microcooperativa como una fórmula para compartir conocimientos y experiencias con otros agricultores. Nos gustaría poder darle utilidad a toda la planta del cáñamo. Así, del tallo se pueden obtener fibras que tienen distintos usos tanto en la industria textil como en la construcción. Por otro lado, la flor tiene utilidades en la alimentación y en la industria cosmética. Todo el cultivo se realiza siguiendo estrictamente las directrices de la Consellería de Agricultura, Pesca y Alimentación.”
Fernando Fernández Such, director general de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Consellería ha recorrido la explotación y ha visto todo el proceso de la industria del cáñamo que tiene Noma.
Esta micro cooperativa está constituida por dos jóvenes que se han incorporado a trabajar en el sector agrícola procedentes de otros sectores. Además, han optado por utilizar la fórmula cooperativa. “Este primer año hemos cultivado 6.000 metros en los que hemos dispuesto 1.927 plantas de dos variedades. Germinamos más plantas. Empezamos ahora la recogida y se estima una producción de 100 kilos porque algunas de las plantas han sido afectadas por orugas contra las que luchamos con insecticidas biológicos,” explica Calleja.
Fernando Fernández ha recordado que “las plantas deben empezar el proceso cada año. Deben comprarse todos los años las semillas, germinarlas y plantarlas anualmente”. Fernández se ha mostrado interesado por la explotación y la comercialización.
“Queremos ir haciéndonos fuertes y continuar aprendiendo a gestionar todo el proceso. Por otro lado, estamos controlando mucho la cantidad de agua por goteo que recibe cada una de nuestras plantas. El estrés hídrico puede tener consecuencias. Solo se pueden cultivar unas determinadas variedades de cáñamo con semillas certificadas por la Unión Europea. Tenemos que ir aprendiendo para conseguir el máximo rendimiento. En los momentos críticos de julio y agosto con el máximo calor la planta bebía cinco litros diarios,” ha explicado Nuño Monasterio, secretario de Noma.
La cooperativa pretende recuperar una semilla autóctona para conseguir una planta del cáñamo que se adapte perfectamente al clima mallorquín.
“Tenemos que recogerlas rápido antes de que empiecen las lluvias que afectan a la planta y antes de que aumenten los cannabinoides de la planta. Tras la recogida se deja secar la planta en el hangar revisando una por una. Posteriormente, se hace una selección de la que se quitan las hojas con una máquina en la que hemos invertido para que nos haga el pelado. En todo el proceso mantenemos la trazabilidad para la diferenciación de las semillas utilizadas. Debemos dedicarnos a lo importante. Ya lo hemos aprendido porque este año quitando malas hierbas hemos pasado el 60% del trabajo”, ha aclarado Nuño.