El debate tiene que ser abierto, transparente y que no deje nadie atrás.
La acción por el clima tiene que ser sostenible económicamente y basada en la evidencia científica.
Cualquier iniciativa reglamentaria tendrá que contar con estudio de impacto económico previo.
Santa Maria, 21 de mayo de 2020.
La Comisión Europea adoptó ayer las estrategias “De la granja a la mesa” a favor de un sistema alimentario equitativo, sano y respetuoso con el medio ambiente, y “Biodiversidad 2030” para la regeneración y protección de la naturaleza. Ambos documentos están vinculados al sector agroalimentario y se enmarcan en el denominado “Pacto Verde”.
Cooperativas Agroalimentarias muestra su compromiso con el Pacto Verde, las estrategias “De la Granja a la Mesa” y “Biodiversidad 2030”, destinadas a modificar el modelo productivo agroalimentario europeo para luchar contra el cambio climático, probablemente el debate y el cambio más importante para el sector desde que hay la PAC.
Sin embargo, para Cooperativas Agroalimentarias la sostenibilidad medioambiental no será posible sin sostenibilidad económica. Preocupa que la Comisión Europea abre el debate con unos objetivos medioambientales muy ambiciosos, sin tener en cuenta la carencia de rentabilidad de las explotaciones de nuestras islas, sector productor que ha demostrado ser básico en el abastecimiento de alimentos a la sociedad, mientras ha sido confinada por la pandemia del COVID -19.
Para lograr los objetivos será fundamental diseñar medidas de impulso estructural que sirvan para enderezar el desequilibrio en la cadena alimentaria donde el sector productor es el eslabón más débil y lo primero en sufrir. También será necesario abordar la pérdida de competitividad de un modelo productivo europeo que será más exigente, respecto de los productos importados producidos con condiciones menos restrictivas, el que es imposible de controlar en frontera (reciprocidad efectiva). La producción española y europea tiene que seguir siendo competitiva en los mercados internacionales.
Los objetivos que se marquen tendrán que estar basados en la evidencia científica, en estudios de impacto e investigación de alternativas, y no en opciones ideológicas. También se necesitará una gran inversión pública y unos plazos de adaptación realistas.
Las cooperativas agroalimentarias y los enfoques colectivos serán clave para que los agricultores y ganaderos puedan lograr y aportar resultados con una mayor eficiencia productiva y económica, porque se trata de producir bienes públicos medioambientales que todos disfrutaremos y que el mercado no remunera.
Las cooperativas agroalimentarias son las empresas que, estando en manos de agricultores y ganaderos, podrán aplicar los cambios teniendo en cuenta la realidad de cada explotación, de manera menos costosa y eficiente para el productor, asegurando un mayor impacto positivo en el medio ambiente, además de verificable. Además, las cooperativas refuerzan la posición de los productores en la cadena y mantienen su competitividad en los mercados. Por lo tanto, son estructuras empresariales que se tienen que reforzar para asegurar la producción de bienes públicos al mercado, sin dejar a los agricultores y ganaderos detrás, porque son las únicas capaces de generar más valor y transmitir el beneficio que generan.
La sociedad tiene que saber, contrariamente al que se pueda percibir, que agricultores y ganaderos llevan más de 30 años trabajando para mejorar la sostenibilidad medioambiental de sus explotaciones. Desde 1990 el sector ha reducido en un 20% sus emisiones y un 18% los vertidos de nitratos, según datos de la propia Comisión Europea. Estamos convencidos que la innovación y un mayor conocimiento contribuirán a hacer más, pero los poderes públicos tienen que comunicar a la sociedad la realidad del conjunto del sector, informante y huyendo de visiones negativas, porque la agricultura y la ganadería son parte de la solución y no el problema.
Des Cooperativas Agroalimentarias estamos absolutamente comprometidos con una dieta y los hábitos de consumo de alimentos sanos y de proximidad, que consideramos se lograrán progresivamente con políticas de educación y formación, y no culpabilizando producciones, como la ganadera, que son vitales en nuestras dietas, además de conseguir una gestión territorial sostenible económica, social y medioambientalmente.
Rafel M. Creus
Responsable comunicación
rcreus@agroalimentàries.es 6660648831